Teatre Municipal Francesc Tárrega

Exposición Musicomórficas descompuestas

Exposición Musicomórficas descompuestas

964 30 31 69 (horario de actividad) 964 30 09 62 (resto de horario)

Plaza de la Constitución, s/n

Precio

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Del 22 de abril al 8 de mayo de 2021
Horario: jueves y viernes de 17 a 20h. Sábados de 11 a 14h. y de 17 a 20h.


El artista Jorge Ortiz inunda la Sala Escena de Benicàssim con esa obra tan suya llena de alegría y ritmo musical. Para su primera incursión en este espacio expositivo el pintor de origen cubano afincado en Castellón ha escogido su famosa serie ‘Musicomórficas descompuestas’ en la que lleva trabajando desde finales de 2017. Desde su nuevo estudio taller abierto al público en la calle Sagrada Familia 21 de Castelló, el pintor y diseñador gráfico ha preparado este proyecto que desde su origen ha buscado crear un juego dialéctico en el que incorpora elementos de descomposición buceando e investigando en sus posibilidades.
Esta serie de ‘Musicomórficas descompuestas’ es, sobre todo, una versión onírica y descompuesta de las formas con las que el artista juega y retuerce a placer. Con piezas de vivos colores y sugestiva formas, Jorge Ortiz bebe de las corrientes artísticas del Cubismo y del Surrealismo. La exposición incluye tanto trabajos pictóricos de vibrante colorido como esculturas y cuadros de volúmenes donde Ortiz busca “el cuadro que sale de cuadro”.
Para entender la presencia omnipresente de la música hay que conocer el contexto familiar de su creador. Y es que Jorge Ortiz entrecruzó su vida hace ya algunos años con la familia de músicos del afamado guitarrista castellonense Manuel Babiloni. Casado con la hermana del músico, Ortiz realiza un homenaje continuo a esta saga y también a sus raíces cubanas incorporando teclas de piano, cuerdas, mástiles de instrumentos, manos, rostros fragmentados e incluso sus características máscaras con transparencias estableciendo, además, un diálogo onírico con los volúmenes.
Siguiendo su perfil cubista, juega con las formas geométricas, alternando líneas curvas y rectas, y añadiendo transparencias. Con ello logra que sus obras formen vivos trampantojos requiriendo una mirada atenta y profunda por parte del espectador frente a la comodidad de no pensar, de dejarse manipular. Esta familia de piezas son una versión onírica donde, como al artista le gusta decir, “el surrealismo ocupa el tema, mientras que el cubismo realiza el trazo”.